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Suplantación de identidad: el delito que empieza con una fotocopia del DNI | Molins Defensa Penal
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La suplantación de identidad. El delito que empieza con una simple fotocopia del DNI

Por Paz Valles Creixell. Socia de MOLINS DEFENSA PENAL.

Cada vez con más frecuencia y preocupación, en Molins Defensa Penal atendemos a personas que llegan al despacho con una mezcla de incredulidad y angustia. Han sido citadas como investigadas en un procedimiento penal, o incluso acusadas de haber cometido un delito, cuando en realidad no tienen nada que ver con los hechos. Lo que tienen en común es que alguien ha utilizado su Documento Nacional de Identidad —normalmente una copia robada o extraviada— para hacerse pasar por ellas.

Este fenómeno, que hasta hace poco parecía excepcional, se está convirtiendo en una situación tristemente habitual. La suplantación de identidad ha dejado de ser un concepto teórico para convertirse en un problema muy real. En muchos casos está relacionada con estafas cometidas por internet, compras fraudulentas, contrataciones falsas o apertura de cuentas bancarias.

Los afectados no entienden cómo han llegado hasta ahí. Y no es para menos. En la mayoría de los casos, la única conexión entre ellos y el delito es su propio DNI, que alguien ha utilizado sin su consentimiento.

En algunos de estos procedimientos, el Ministerio Fiscal ha formulado incluso acusaciones solicitando penas de prisión, sin detectar —o sin examinar con suficiente detalle— que los verdaderos responsables se han limitado a utilizar una identidad ajena para cometer los delitos. Todo ello coloca a personas completamente inocentes en situaciones que rozan lo absurdo, con consecuencias emocionales y jurídicas profundamente injustas.

Uno de los casos más llamativos apareció recientemente en prensa: una joven descubrió que, tras perder el DNI en una fiesta, alguien lo había utilizado para empadronarla y casarla sin su conocimiento. Aunque pueda parecer una historia excepcional, lo cierto es que cualquier persona puede verse en esa situación si no se protege adecuadamente su documento de identidad.

El problema de fondo es estructural: en España, el número del DNI permanece invariable desde que se asigna por primera vez, y aunque el documento incorpora un chip electrónico, lo más habitual es que se use de forma tradicional, como una simple copia en papel o escaneada.

Eso significa que una fotocopia del DNI que cae en malas manos puede ser utilizada durante años sin limitaciones. No existe un sistema que permita desactivar el documento, ni se genera un nuevo número al renovarlo. En definitiva, el DNI no se puede “bloquear”, como sí haríamos inmediatamente con una tarjeta bancaria robada.

En otros países europeos, el enfoque es distinto. Por ejemplo, en Italia, el número de identificación cambia con cada renovación del documento, lo que inutiliza automáticamente cualquier copia anterior. Además, existen mecanismos para desactivar el documento si se pierde o es robado. Este tipo de medidas aportan un grado de seguridad muy necesario en una sociedad digital donde las gestiones se hacen a distancia y la identidad se valida muchas veces con una simple imagen.

Desde Molins Defensa Penal consideramos que este fenómeno debe abordarse por la Administración Pública con urgencia, y por eso proponemos:

  • Establecer un sistema en el que el número del DNI cambie con cada nueva emisión.
  • Permitir la desactivación inmediata del documento en caso de pérdida o robo.
  • Habilitar un sistema oficial para verificar si un DNI está activo o anulado.
  • Promover el uso de la identidad digital segura, reduciendo la dependencia de las fotocopias.
  • Y fomentar una mayor conciencia sobre la protección de los datos personales.

El objetivo no es complicar la vida a los ciudadanos, sino protegerla. La suplantación de identidad es un delito que comienza de forma silenciosa, pero que puede tener consecuencias muy graves. Con un sistema más ágil, moderno y seguro, evitaríamos que personas inocentes tuvieran que pasar por el trance de tener que demostrar su inocencia por algo que nunca hicieron.