
ComplianceKeys#29. Compliance y Sostenibilidad
En los últimos años, el concepto de Sostenibilidad ha ido evolucionando e integrándose en diferentes ámbitos de nuestra sociedad. Entre ellos encontramos el ámbito empresarial, donde, cada vez más, se ha convertido en una preocupación prioritaria y un pilar fundamental en el desarrollo de los negocios de hoy en día.
La consolidación del concepto de Sostenibilidad en el ámbito empresarial responde a una conciencia global cada vez más exigente, que demanda la adopción de modelos de gestión responsables y transparentes. Este cambio de paradigma impulsa a las organizaciones a integrar criterios ambientales, sociales y de buen gobierno en sus procesos de decisión, garantizando no solo la creación de valor a largo plazo, sino también la mitigación de riesgos asociados al impacto corporativo en su entorno.
En este contexto, el Compliance adquiere una función estratégica, al proporcionar los mecanismos necesarios para asegurar el respeto al marco normativo aplicable y favorecer la incorporación efectiva de los principios de sostenibilidad en la cultura organizativa y en la planificación corporativa.
La sostenibilidad como pilar estratégico
La sostenibilidad empresarial abarca tres dimensiones clave: la ambiental, la social y la gobernanza (en adelante, ESG, por sus siglas en inglés). Estas dimensiones se han convertido en criterios esenciales para el desarrollo empresarial y la evaluación del impacto de las empresas en la sociedad y el medio ambiente. La integración de la sostenibilidad en las empresas ha demostrado generar beneficios directos, como la mejora de la reputación corporativa, el acceso a nuevos mercados y la eficiencia operativa.
La adopción de normativas como la Directiva (UE) 2022/2464 del Parlamento Europeo y del Consejo de 14 de diciembre de 2022 por lo que respecta a la presentación de información sobre sostenibilidad por parte de las empresas (en adelante, Directiva sobre información e Sostenibilidad Corporativa o CSRD, indistintamente), o la Directiva (UE) 2024/1760 del Parlamento Europeo y del Consejo de 13 de junio de 2024 sobre diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad y por la que se modifica la Directiva (UE) 2019/1937 y el Reglamento (UE 2023/2859) (en adelante, Directiva sobre diligencia debida de las empresas o CSDDD, indistintamente), refuerzan la necesidad de que las empresas cumplan con sus obligaciones en materia de sostenibilidad y, al mismo tiempo, se anticipen a las normativas emergentes en esta materia, integrando aspectos de prevención y sostenibilidad ex ante.
Compliance y Sostenibilidad
Así las cosas, el Compliance no es solo un conjunto de medidas normativas o regulatorias, pues también se presenta como un enfoque estratégico que promueve la ética, la transparencia y el compromiso con el cumplimiento dentro de las empresas. La integración de los criterios ESG en los Sistemas de Compliance es esencial para garantizar que las empresas no solo mitiguen los riesgos asociados a sus actividades en relación con la normativa que les es aplicable, sino que también generen un impacto positivo en su entorno.
Uno de los retos que enfrentan las empresas es integrar los principios de sostenibilidad en su estrategia de Compliance y en el desarrollo de sus actividades, lo que implica gestionar riesgos ambientales, sociales y de gobernanza, como pueden ser el cambio climático, la explotación laboral y la transparencia en la gestión empresarial. Para ello, los modelos de Compliance deben evolucionar, incorporando la sostenibilidad de manera transversal en todos los procesos organizativos, y alineando los objetivos de negocio con los de sostenibilidad.
Desafíos y Oportunidades del Compliance y la Sostenibilidad
La principal dificultad y el principal desafío en esta materia radica en la complejidad regulatoria y los costos asociados a la implementación de prácticas sostenibles. Las empresas deben mantenerse al día con un entorno regulatorio en constante cambio, tanto a nivel nacional como internacional, y ello puede generar impedimentos tanto operativos como financieros.
En particular, en España cobran especial relevancia las PYMES que, por motivo de sus recursos y estructura, enfrentan mayores barreras y dificultades para adaptarse a estos nuevos estándares y exigencias, tanto de Compliance como de sostenibilidad.
Además, la medición del impacto de las prácticas de sostenibilidad y la rendición de cuentas siguen siendo tareas complicadas, dificultando tanto el reporte como el desempeño de estas medidas.
Así, aquellas empresas que adoptan prácticas sostenibles tienen la oportunidad de mejorar su reputación, acceder a mercados más amplios y atraer inversiones sostenibles. La integración de los criterios ESG en los informes corporativos, tal como exigen la CSRD y la CSDDD, puede facilitar la transparencia y mejorar las relaciones con los inversores, clientes y otros grupos de interés. En este contexto, las grandes empresas, sujetas directamente a estas normativas, tienden a extender sus exigencias de sostenibilidad a lo largo de su cadena de valor, trasladando requisitos a proveedores y terceros colaboradores. Esto impacta de forma directa a las PYMES que, pese a no estar obligadas normativamente, se ven forzadas a adaptarse para mantener relaciones comerciales claves. De este modo, contemplar la sostenibilidad como un componente clave de su estrategia no solo mejora la eficiencia operativa y la capacidad de adaptación a las nuevas regulaciones, sino que se convierte en un factor crítico de continuidad y competitividad para las empresas, en especial para las PYMES en un mercado cada vez más exigente.
La Normativa Europea y su impacto en el Compliance y la Sostenibilidad
A nivel europeo, la adopción de normativas como la CSRD y la CSDDD son ejemplos claros de cómo las regulaciones están impulsando a las empresas a incorporar la sostenibilidad en sus modelos de negocio. Por ejemplo, la CSRD exige a las empresas que informen sobre su impacto social y ambiental, lo que refuerza la necesidad de integrar los criterios ESG en sus prácticas de Compliance.
Estas normativas no solo buscan garantizar la transparencia, sino también una economía más verde e inclusiva, alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Las empresas que se alinean con estas iniciativas no solo cumplen con las exigencias legales, sino que también contribuyen al desarrollo sostenible a nivel global.
Conclusión
El Compliance y la sostenibilidad deben ser entendidos como componentes inseparables de una estrategia corporativa integral que no solo persigue el éxito económico, sino también el compromiso con el cumplimiento normativo, el bienestar social y la preservación del medio ambiente. A medida que las expectativas regulatorias y de las partes interesadas en los negocios (como clientes o inversores) aumentan, las empresas deben adoptar un enfoque proactivo y transparente en la integración de los principios de sostenibilidad en todas sus operaciones.
En el futuro, los Sistemas de Compliance más eficaces deberán tener capacidad para adaptarse a estos nuevos desafíos y oportunidades. Las empresas que logren equilibrar sus objetivos económicos con un firme compromiso con la sostenibilidad y el cumplimiento estarán mejor posicionadas para prosperar en un entorno global cada vez más consciente de la importancia de la responsabilidad social y ambiental. Para ello, el Compliance juega un papel clave y se configura como una herramienta estratégica en pro de alcanzar estos fines.
Departamento de Compliance de Molins Defensa Penal.